Si asumimos la idea de que estamos formando alumnos para profesiones que aún no existen y para resolver problemas que están por llegar, tendremos que aceptar que las prioridades educativas cambian y que nuestro sistema tiene que ir modificándose paulatinamente, sin prisa pero sin pausa.
Sin duda, con todas las iniciativas innovadoras que podemos encontrar, no solo fuera de nuestras fronteras, sino también dentro, podríamos decir que estamos en el camino correcto, pavimentado, piedra a piedra, por cada profesor, en su aula, mediante pequeños granitos de arena.
Con todo ello, queremos destacar cuatro características que consideramos indispensables en el panorama educativo actual, obviamente no son únicas, pero pensamos que sobresalen por su relevancia.
COOPERACIÓN
La cooperación resulta básica, en primer lugar, entre docentes, centros e instituciones. Sin una buena coordinación y colaboración no habrá avances importantes. Debemos aprender a compartir mucho más de lo que lo hacemos. Somos muy dados a pedírselo a nuestros alumnos, pero nosotros no somos, en muchas ocasiones, el mejor ejemplo.
Como se comentaba, la cooperación es y será fundamental para nuestros estudiantes, tanto para desarrollar habilidades sociales, como personales y profesionales. Deben saber organizarse, hablar entre ellos, escuchar, expresarse, delegar y repartir responsabilidades. El trabajo cooperativo supone otorgar autonomía y protagonismo a los alumnos, aspecto muy valorado por las empresas.
CURIOSIDAD
El profesor debe ser curioso, su curiosidad le llevará a seguir aprendiendo, a seguir formándose, a avanzar en el uso de las nuevas tecnologías y a evolucionar en sus metodologías docentes. La curiosidad será la base de su motivación y su vocación. Una mente curiosa nunca deja de aprender. Debemos aprender nosotros para que aprendan ellos.
Por otro lado, intentaremos despertar la curiosidad de nuestros alumnos, algunos la tendrán más activa que otros. Debemos encontrar la chispa que encienda su llama. La curiosidad es fuente de motivación, les empujará a hacerse preguntas y a buscar respuestas, sin aceptar cualquier información, cuestionándose su veracidad de un modo constructivo y crítico. No temas sus preguntas, teme su silencio.
CREATIVIDAD
Relacionado con el punto anterior, quizás sea el aspecto más importante para un docente, su creatividad. Tenemos que ser creativos, ya que supondrá poder adaptarnos a las circunstancias concretas del contexto de enseñanza y aprendizaje cada día: alumnos que no se presentan, otros con los que no contábamos, algunos que acaban antes, otros que van más lentos, unos que no entienden, etc. Siempre tendremos que adaptar nuestra planificación y nuestra maravillosa teoría, que llevamos preparada de casa, a la realidad del aula. Para ello, deberemos ser creativos.
En relación a los alumnos, es imprescindible que fomentemos su creatividad. De este modo, les daremos libertad para que puedan descubrir diferentes formas de llegar a una solución o a soluciones distintas. Metodologías abiertas como el aprendizaje por problemas o proyectos pueden ser buenos canalizadores de sus propias ideas e iniciativas. Igualmente, debemos recordar que favorecer diferentes inteligencias y estilos de aprendizaje también ayudará a que encuentren su propio camino.
La creatividad no se reduce a la música, el arte o la literatura, la creatividad está en la vida diaria y puede adoptar formas muy diferentes: motívales a ser creativos, no les cortes las alas.
COMPETENCIA
Hoy en día se habla mucho del aprendizaje por competencias y se ha puesto de moda hablar de soft skills, para hacer referencia a las competencias más intangibles, transversales o no cognitivas. Se trata de un término que está adquiriendo gran relevancia en el mundo empresarial.
Los profesores sabemos mucho de ello, tratamos con personas en desarrollo, niños y jóvenes, a los que debemos tratar con cercanía, empatía, tolerancia y comprensión, al mismo tiempo que imponemos cierta disciplina y normas. El desarrollo de esas soft skills es fundamental. En todo caso, no hay que asustarse, el nombre es nuevo, pero es lo que hacemos en las aulas a diario, salvo contadas excepciones. Además, todos estos aspectos emocionales, sociales o personales pueden ser desarrollados, practicados y mejorados.
Y eso es precisamente lo que intentaremos hacer con nuestros alumnos. Aprenderán competencias cognitivas y no cognitivas, sociales, personales y emocionales. Están en edades en las que es importante no dejar de lado el factor emocional, básico en cualquier etapa de nuestras vidas, y podemos ayudarles a gestionarlo, empezando por ser un ejemplo para ellos y creando actividades que contribuyan al estímulo de todas esas competencias.
En conclusión, de forma cooperativa, intentaremos desarrollar las competencias de nuestros alumnos, con creatividad, para que sean jóvenes curiosos y críticos.
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Fuente: blog.tiching.com