Competencias transversales en educación superior

Aseguramiento del aprendizaje: “cómo las competencias transversales impulsan la calidad educativa”

En un mundo en constante cambio, las universidades enfrentan el desafío de garantizar que
sus estudiantes no solo dominen conocimientos técnicos, sino que también desarrollen
competencias transversales que fortalezcan su capacidad para comunicarse, pensar
críticamente y convivir en sociedad. En este sentido, las instituciones de educación superior
han avanzado en la consolidación de estrategias de aseguramiento del aprendizaje que buscan
mejorar la formación integral y responder a las exigencias del contexto actual.

En diálogo con ESE, la Universidad ICESI y la Universidad del Rosario compartieron sus
experiencias en torno al fortalecimiento de las competencias transversales y los procesos de
evaluación que sustentan la mejora continua de sus programas.

Ambas universidades han desarrollado estrategias para integrar la transversalidad en sus
currículos, reconociendo que formar para la vida exige ir más allá de los contenidos
disciplinares. En ICESI, por ejemplo, el proceso de aseguramiento de los aprendizajes
cumple ya más de una década, con una apuesta decidida por fortalecer competencias
transversales, lo que ha requerido persistencia, evaluación constante y formación docente,
con resultados visibles en los desempeños de los estudiantes a lo largo del tiempo.

Beatriz E. Grisales, líder del área de Aseguramiento de la Calidad de los Aprendizajes en
ICESI, destaca la importancia de potencializar estos saberes que no radican únicamente en
campos disciplinares específicos. “Formar ciudadanos capaces de convivir, resolver
problemas y mejorar las condiciones de vida de la humanidad es el verdadero propósito de
la universidad”, afirma.

Guillermo García, jefe de evaluación para el éxito estudiantil de la Universidad del Rosario,
hace énfasis en la necesidad de hacer explícitas estas competencias en el currículo lo cual les
da una posición real dentro del plan de estudios, permite acciones específicas y establece
mecanismos claros de evaluación. «Todas las universidades desde hace algún tiempo nos
hemos dado cuenta de la importancia del desarrollo de estas competencias para los egresados,
sin importar el campo disciplinar en el cual se están formando».

Un proceso estratégico y a largo plazo: la paciencia como clave

Las transformaciones educativas significativas requieren tiempo y evaluación constante. No
se trata de quitar y poner, ni de resultados inmediatos.

En la Universidad ICESI, por ejemplo, el proceso de aseguramiento de los aprendizajes se
ha centrado en cuatro competencias transversales: las dos primeras enfocadas al desarrollo
del lenguaje tanto en español como en inglés (interpretación y expresión oral y escrita de
textos), pensamiento crítico y competencias ciudadanas. Estas competencias se consolidaron
como un eje central del currículo, garantizando que todos los estudiantes, sin importar su
programa académico, cursen asignaturas diseñadas para fortalecerlas.

En ese mismo sentido, desde hace 2 años en ICESI están haciendo análisis del impacto que
ha tenido esa reforma curricular. “Hemos ido adelantando varios procesos muy interesantes
a través de seminarios donde podemos trabajar con los y las profesoras de esos currículos
específicos para adoptar ese desarrollo de competencias transversales y hoy vamos viendo
resultados 10 años después. Es decir, es una apuesta en donde hay que persistir para seguir
dinamizando ese currículo desde la transversalidad», comenta Beatriz.

Por su parte, la Universidad del Rosario desarrolla las competencias transversales a través
del Núcleo de Formación Rosarista, en el cual hay algunas asignaturas que todos los
estudiantes deben ver dentro de su plan de estudios independientemente del programa
académico que cursan, “explícitamente se refieren a análisis y producción de textos,
pensamiento numérico, ideas matemáticas, competencias ciudadanas” detalló Guillermo.

Redefiniendo la evaluación: de lo punitivo a lo formativo

Históricamente, la evaluación se ha percibido como un mecanismo de control o sanción. Sin
embargo, su concepción ha cambiado para ser vista como una herramienta que proporciona
evidencia del avance en el proceso formativo y de adquisición de aprendizajes, competencias,
habilidades.

Un componente fundamental del modelo de aseguramiento de aprendizajes de ICESI es su
sistema de medición interno. La universidad diseñó pruebas propias para cada competencia
transversal, acompañadas de rúbricas analíticas que permiten valorar los aprendizajes
iniciales y finales de los estudiantes. Estas evaluaciones se aplican a todos los estudiantes
desde las primeras semanas del proceso formativo, lo que brinda un panorama sobre el nivel
de dominio con que ingresan a la institución.

El proceso ha evolucionado en los últimos años, incorporando ejercicios de alineación con
las competencias evaluadas en las pruebas Saber Pro, especialmente a partir del análisis de
los desempeños institucionales.

De esta manera, la evaluación de competencias transversales se convierte en un proceso
formativo y estratégico que retroalimenta el currículo, orienta la mejora continua y fortalece
la formación integral de los estudiantes, manteniendo coherencia entre las metas
institucionales y las demandas del contexto educativo y profesional actual.

“La perspectiva de la evaluación situada, auténtica, formativa, que tenga un carácter
pedagógico para direccionar y orientar la práctica docente y el aprendizaje de los
estudiantes, tiene un carácter diferente a esa perspectiva tradicional de la evaluación por
control, punitiva, sancionadora, etc. Las pruebas estandarizadas nos permiten rastrear las
pistas de nuestros procesos y nuestros proyectos educativos, no en función de trabajar solo
para el desempeño en las pruebas, pero ese proceso finalmente concluye con unos positivos
y visibles avances cuando se reciben los resultados de las pruebas estandarizadas”,
manifiesta Beatriz.

Saber Pro: herramienta para la mejora continua

Tanto la Universidad ICESI como la Universidad del Rosario coinciden en que los resultados
de las pruebas Saber Pro son una herramienta poderosa para orientar estrategias de mejora,
no un fin en sí mismos. “Si tomamos los resultados Saber Pro, los analizamos a profundidad,
vamos más allá del promedio, de la posición que ocupamos dentro del conjunto de
universidades y le sacamos el provecho suficiente, son insumos importantísimos que pueden
usarse en los procesos de mejora. Aquí la palabra clave es mejora, pero una mejora que se
da por decisiones que se toman a partir de información”, recalca Guillermo.

Más que evaluar el éxito o fracaso de la formación, estos resultados permiten identificar qué
se ha hecho, cómo se ha trabajado, qué aspectos requieren fortalecerse dentro de los
programas académicos, como ajustes curriculares, capacitaciones docentes y estrategias
focalizadas. Saber Pro, en este sentido, se convierte en una herramienta para comprender los
procesos formativos y su evolución a lo largo del tiempo.

Así mismo, este análisis posibilita establecer conexiones entre el desempeño de los
estudiantes en competencias específicas y las asignaturas del currículo. “Pueden existir
relaciones entre, por ejemplo, competencias ciudadanas, medidas en Saber Pro y una
asignatura de la escuela de administración llamada liderazgo, porque su enfoque implica un
trabajo más centrado en la sociedad. Entonces, uno comienza a encontrar allí algunos
elementos y se hace el análisis más profundo de la asignatura, de aspectos particulares que
podrían desarrollar esa competencia” explicó Guillermo García.

Hablar de evaluación es hablar de una reflexión institucional más profunda sobre lo que
significa aprender y enseñar con propósito. Tal como señalaron los académicos, repensar
conceptos aparentemente simples, como competencia, metacognición o evaluación auténtica,
permite a las universidades construir mapas de trabajo sólidos y sostenibles en el tiempo.
Estos debates, lejos de ser meramente teóricos, son los que dan sentido a los procesos de
mejora continua, porque ayudan a conectar las prácticas de aula con la misión formativa de
la institución.

La evaluación para el aprendizaje adquiere así un nuevo sentido: no busca solo medir, sino
comprender, acompañar y transformar. Como planteamos desde nuestra experiencia en ESE,
“un simulacro no mejora resultados; lo que conlleva a esa mejora es la comprensión
que surge al analizar los resultados, convertirlos en oportunidades de aprendizaje y
tomar decisiones informadas para fortalecer competencias”. ESE.

Los procesos de evaluación alcanzan su mayor valor cuando involucran a toda la comunidad
universitaria: docentes, estudiantes y equipos académicos trabajando juntos hacia la mejora
continua. Las experiencias de la Universidad ICESI y la Universidad del Rosario, demuestran
que cuando la evaluación se asume como un proceso colaborativo, reflexivo y orientado al
aprendizaje, se convierte en el motor de la transformación educativa y social.

En contexto, resultados 2024

La Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá) se consolida en el primer lugar con
185 puntos y una variación positiva de +3, manteniéndose como el referente académico
del país. Otras instituciones han registrado mejoras significativas, como ICESI (+7), el
Rosario (+4) y EAFIT (+4), lo que demuestra que la movilidad en el ranking sigue activa y
depende de múltiples factores.

Ranking expresado en puntaje global:

  1. UNAL sede Bogotá 185 puntos.
  2. Andes y EIA 184 puntos.
  3. Rosario 183 puntos.
  4. Unisabana e ICESI 181 puntos.
  5. CESA 178 puntos.
  6. Javeriana Bogotá 174 puntos.
  7. Uninorte y EAFIT 173 puntos.
  8. Externado y Escuela Col de Ingeniería 171 puntos.
  9. Javeriana Cali 169 puntos.
    *Color verde indica universidades que venimos acompañando y asesorando desde ESE.

0 comentarios

0
    0
    Tu carrito
    Tu carrito está vacíoIr a los cursos