Fomentar el deseo de los alumnos de tener éxito es un reto para los profesores y padres de hoy y de siempre. Un niño motivado es aquel que levanta la mano para participar en clase, le interesan las asignaturas y le gusta enfrentarse a los retos que plantean.
La motivación es una parte crucial en el proceso de aprendizaje, pero asegurarse de que los alumnos están animados no es nada fácil. La tecnología ha provocado que hasta los alumnos más atentos estén distraídos con sus teléfonos móviles, por lo que el reto es aún mayor hoy día.
Muchos profesores creen demasiado a menudo que, si los estudiantes responden a sus preguntas, es que están atentos, pero no tiene por qué ser así. ¿Qué define entonces a un alumno motivado? Según los expertos, estas son las 8 características de un alumno feliz en clase:
1. Participación: Lo primero que define a un alumno atento es que le encanta participar en clase, ya sea para responder a una cuestión como para preguntar dudas. Si pregunta sin cortarse, sabrás que se siente cómodo contigo y con el ambiente de la clase. Convertirte en un asesor, un tutor de los alumnos es imprescindible para que se sientan motivados y aprendan más.
Además, cuando están cómodos, los niños son más amigables y sociables, de modo que la clase se encontrará más unida.
2. Autonomía: Cuando un alumno se siente motivado trabajará de manera más independiente. No habrá que imponer reglas y castigos para los que no participen: lo harán porque les gusta.
3. Confianza en sí mismo: Un estudiante motivado se siente más poderoso, en el sentido más positivo de la palabra. Es decir, se sentirá más responsable de sus trabajos, más seguro de sí mismo y más influyente. Esto es una parte importante del desarrollo en la adolescencia.
4. Curiosidad: Los niños y adolescentes motivados con una asignatura muestran más curiosidad. Así que, si no paran de preguntar detalles extra sobre la lección, es que vas por el buen camino.
5. Competitividad: Cuando queremos conseguir los mejores resultados somos más competitivos. Esto también lo verás en tus alumnos. Verás que compiten por ser los primeros en responder, por lograr las mejores calificaciones y por hacerse escuchar. Pero, ojo, no dejes que una excesiva competitividad desmotive a otros estudiantes. Si ves que a algún alumno le cuesta más seguir el ritmo de la clase, céntrate en él, conoce sus dificultades y ayúdalo a avanzar.
6. Reconocimiento: Los alumnos buscarán reconocimiento por sus logros y éxitos porque quieren ser los mejores. Esto es sinónimo de motivación.
7. Afiliación: Un estudiante feliz presumirá de sus proyectos y trabajos y, en el mejor de los casos, de su profesor. Si se siente orgulloso, se siente de algún modo conectado con lo que hace en clase. Lo estás haciendo bien.
8. Reputación: La motivación no solo tiene un efecto en los alumnos, también tú lo notarás. Sentirás que te respetan más al mismo tiempo que eres más cercano a ellos.
La motivación es una parte crucial en el proceso de aprendizaje, pero asegurarse de que los alumnos están animados no es nada fácil. La tecnología ha provocado que hasta los alumnos más atentos estén distraídos con sus teléfonos móviles, por lo que el reto es aún mayor hoy día.
Muchos profesores creen demasiado a menudo que, si los estudiantes responden a sus preguntas, es que están atentos, pero no tiene por qué ser así. ¿Qué define entonces a un alumno motivado? Según los expertos, estas son las 8 características de un alumno feliz en clase:
excelente mirada al estudiante