Retos actuales de la didáctica, la escuela y el aprendizaje I Curso ESE

Los retos actuales de la didáctica, la escuela y el aprendizaje.

 

“En perspectiva la mayoría de los autores coinciden en que la didáctica es una disciplina evidentemente práctica, que busca dar soluciones a problemas y que tiene como fin último el aprendizaje”  ESE.

 

Es imprescindible pensar la escuela para entender la didáctica y sus diversas perspectivas.

Históricamente el proyecto de ilustrar, alfabetizar y sacar al hombre de la ignorancia, no se ha hecho real en sentido estricto. Si bien al inicio del siglo XIX menos del 10% de la población mundial sabían leer y escribir, al inicio del siglo XX las cifras iban en franco aumento y algunos países ya superaban el 50% de su población con niveles muy básicos de lectura y escritura, esto principalmente en Europa.

 

Con estas cifras en aumento exponencial, era de esperarse que para el siglo XXI, el 100% de la población mundial pudiese leer y escribir. Pero en la actualidad 800 millones de personas carecen de estas competencias, y la cifra va en aumento según la UNESCO; resaltando que es el mismo número de personas que a la fecha padecen hambre en el mundo, cifra que también va en aumento según la OMS.

 

¿Qué es ilustrar y cómo se relaciona con la didáctica y el aprendizaje?

Ilustrar es usar el pensamiento racional, el cual se desarrolla por medio del aprendizaje del lenguaje y el uso de las competencias básicas  como la lectura, la escritura, la lógica (entre otras). Por esta razón en la escuela iniciamos el camino de formación con estas materias, lectura y escritura.

 

Así, ilustrar se ha convertido en sinónimo de ir a la escuela, y la escuela no es sinónimo de aprendizaje, ya que “Apenas el 9% de los estudiantes de 15 años en los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tienen el suficiente nivel de competencia lectora para poder distinguir con éxito los hechos de las opiniones” OCDE 2017.  

 

Para ser exactos, en perspectiva, menos del 10% de la población mundial que efectivamente ha asistido a la escuela distingue la diferencia entre hechos y opiniones. Ya sabemos porque pululan las noticias falsas, muchas personas expresan no querer leer artículos completos y menos aún contrastarlos. UNESCO 2017.  

 

Y todas estas cifras ¿Qué tienen que ver con la didáctica? 

Si la didáctica es el arte de enseñar, pero en la escuela no se logran los niveles mínimos esperados, se debe repensar este arte, teniendo como finalidad el aprendizaje. Muchos hemos sentido que un docente es didáctico porque usa diferentes herramientas, nos saca del salón o nos pone a ver películas, en pocas palabras, nos divierte. ¿Pero, esto está mal? No necesariamente. Si realmente hay aprendizaje, un aprendizaje esperado, no está mal. 

 

El aprendizaje como fin último.

Imagina esto para hacerlo más interesante,  tres grupos diferentes de estudiantes: de una escuela, de un colegio y de una universidad, tienen una salida de campo. Van a visitar una empresa, conocerán sus instalaciones, tendrán una charla con varios empleados y uno de los directivos, y sobre todo pasarán un día alejados de las aulas. Un plan perfecto para quienes se sienten felices al cambiar de espacio . Ahora bien ¿Qué aprendieron?

 

Se les pide que elaboren un trabajo escrito, o que dibujen la empresa, o que expongan que fue lo que más les llamó la atención, o que digan que quieren ser cuando grandes.

 

¿Para qué se les pide esto? Tu siendo ese docente ¿Qué les pedirías? ¿Por qué los llevarías a una empresa?

 

La didáctica aplicada.

Las anteriores cuestiones tienen una respuesta en la didáctica aplicada. Como docente, siempre debes hacerte la siguientes tres preguntas.

¿Qué debe aprender tu estudiante?

¿Qué problema le ayudas a resolver?

¿Cuál es el mejor camino para alcanzar ese aprendizaje?

 

En ESE, cuando llevamos a cabo procesos de formación con universidades y colegios en diversos contextos de LATAM, les preguntamos a los docentes, ¿Qué debe aprender tu estudiante en tu clase? la pregunta muchas veces deriva a discusiones y respuestas muy interesantes, entre ellas una que casi siempre encontramos. “Es lo que hay que enseñar” “es lo que dice la ley” “así diseñaron el plan de estudios” “para eso me contrataron” “es que es muy importante” “algún día les servirá” … En pocas palabras, no tenemos una idea propia y suficientemente desarrollada del porque lo enseñamos.

 

Podemos pensar mejor esta cuestión cuando respondemos a la pregunta ¿Qué problema le ayudas a resolver? Imagina que es una clase de educación artística en la escuela, la salida de campo les servirá para que construyan una representación del mundo que les rodea gracias a un dibujo.

 

La evidencia (la tarea) será crear o diseñar una ilustración que represente un espacio de la empresa. Debes darles unas pautas de creación con base en lo que has trabajado en tu clase: perspectiva, colores, texturas, habitabilidad, etc.

 

El problema que ayudas a resolver se lo debes hacer consciente al estudiante, le estás ayudando a ubicarse espacialmente, a pensar en términos de razonamiento espacial, esto le puede ayudar a no perderse en el barrio, el centro comercial o en un bosque. Dile todo esto, ayúdale a crear una linda película en su cabeza, el aprendizaje puede ser divertido, puede tener una finalidad práctica y aplicada.

 

Imagina que es una clase de Ciencias Sociales en el colegio, ¿para qué estudian las ciencias sociales? No te quedes con la ambigua respuesta, “deben conocer el pasado para entender el presente”… vamos más allá… Incluso te pedimos que pauses esta lectura, y piensa ¿para qué se estudian las ciencias sociales? Mejor aún si no eres docente de esta área. Por favor, piénsalo…

 

¿Ya tienes la respuesta? ¿Aún no? No te preocupes, somos cientos, miles, millones de personas que nunca hemos entendido porque tenemos que estudiar x o y materia. Y como nos han enseñado a ver el mundo atomizado, dividido en partes, no podemos ver el todo. En la empresa están todas las ciencias, todas las artes.

 

Por esto, hay que agudizar la visión y sobre todo la reflexión. Similar a las películas en que muestran un mundo lleno de música y ritmo donde antes solo había ruido y caos. Por ejemplo la película: “Bailarina en la Oscuridad” de Lars Von Trier, relata la historia de una operaria de una empresa que está quedándose ciega y en medio de la oscuridad que le acecha imagina que todos los sonidos son música, su mente crea esta singular interpretación del mundo, y en perspectiva nos sirve para   reflexionar sobre las diversas maneras en las que podemos habitar el mundo: 

Volviendo al ejemplo, qué tal si le preguntas los estudiantes solo una cosa, ¿parecen felices las personas que trabajan en la empresa?  Invítalos a que hagan esta búsqueda, ayúdalos a que contrasten las ideas de diferentes personas, que dice el portero, la recepcionista, el operario, el gerente, y no solo que dicen (verbalmente), ¿ qué expresa su cara, sus manos, su cuerpo?

 

La tarea (evidencia) puede ser el trabajo escrito donde respondan a esta pregunta, una exposición con diferentes posturas, una nota de voz que recoge varias opiniones de los entrevistados.

 

Ayúdalos a leer el mundo, ya que no solo es lo que decimos, es lo que hacemos, es la pragmática del lenguaje, no solo la sintaxis o la semántica. Con esto tus estudiantes pueden aprender a  leer el contexto, a las personas, sus intenciones. Pueden emprender el viaje de leerse a sí mismos, ya sabemos ¡Qué problema les ayudas a resolver!

 

Imagina que es una clase de Marketing en la universidad. Estás trabajando Branding, no le pidas al estudiante un gran trabajo donde describa el recorrido por toda la empresa, los nombre de los operarios, ni la visión ni misión, o hazlo solo si de verdad sirve de algo para el aprendizaje.

 

Solo hazle una de estas preguntas. ¿Cómo se vive el branding en la empresa? ¿Qué recursos usan? ¿Hay coherencia entre los uniformes, el edificio, las instalaciones y lo que se produce? 

 

La tarea (evidencia) puede ser el proyecto donde respondan a una de estas preguntas, sumado a una cuestión más importante aún ¿Si fueras el director de la empresa, qué cambios implementarías usando la menor cantidad de recursos posibles? Hazle conocer estas respuestas a los directivos y que ellos premien a los mejores con base en unos criterios y rúbricas.

 

Criterios y rúbricas.

Hacemos mención especial nombrando las rúbricas, acá puedes un artículo completo sobre el tema. Y en resumen, las condiciones y calidad de las evidencias siempre deben estar definidas por medio de rúbricas.

 

En los tres casos evalúa si esta actividad en conjunto con sus tareas y evidencias fue la más pertinente para alcanzar el aprendizaje esperado, no temas a preguntarle a tus estudiantes ¿Qué han aprendido? Revisa, ajusta y genera una nueva versión para la próxima visita, a esto le llamamos didáctica aplicada.  En otras palabras, te debes hacer una pregunta constantemente, día a día, buscando una solución en conjunto: ¿Cuál es el mejor camino para alcanzar ese aprendizaje esperado?

  

Así las cosas, la didáctica  está centrada en el aprendizaje y ayuda a solucionar problemas.

 

Los retos actuales de la didáctica, la escuela y el aprendizaje.

 Desde hace varios años hemos conocido cartas abiertas de cientos de docentes que renuncian a sus cátedras, las razones, las mismas:

“Me cansé de estar hablando de asuntos que a mí me apasionan ante muchachos que no pueden despegar la vista de un teléfono que no cesa de recibir selfies”

 “Justamente, porque creo en la excelencia, todos los años llevo a clase grandes ejemplos del periodismo, esos que le encienden el alma incluso a un témpano. Este año, proyectando la película El Informante, sobre dos héroes del periodismo y de la vida, vi a gente dormirse en el salón y a otros chateando en WhatsApp o Facebook.

¡Yo la vi más de 200 veces y todavía hay escenas donde tengo que aguantarme las lágrimas!”

“Con mi música y la Fallaci a otra parte” Leonardo Haberkorn 2015.

 

 “Por supuesto que he considerado mis dubitaciones, mis debilidades. No me he sintonizado con los tiempos que corren. Mis clases no tienen presentaciones de Power Point ni películas; a lo más, vemos una o dos en todo el semestre. Quizá, ya no es una manera válida saber qué es una crónica leyendo crónicas, y debo más bien proyectarles una presentación con frases en mayúsculas que indiquen qué es una crónica y en cuántas partes se divide. Mostrarles la película Capote en lugar de hacer que lean A sangre fría. Quizá, no debí insistir tanto en la brevedad, en la economía, en la puntualidad. No pedirles un escrito de cien palabras, sino de tres cuartillas, mínimo. Que lo entregaran el lunes, o el miércoles”

Carta de Renuncia  Camilo Jiménez 2011.

 

Llama la atención que estas y muchas otras cartas tienen las mismas quejas, falta de motivación de los estudiantes, de calidad, de compromiso. Su irrespeto constante, por no levantar la vista de sus celulares, por no participar ni cumplir con sus obligaciones por exigir derechos sin cumplir con los deberes.

 

1) “Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. No se ponen en pie cuando entra una persona anciana. Responden a sus padres y son simplemente malos”.

 

2) “Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país, si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esta juventud es insoportable, a veces desenfrenada, simplemente horrible”.  

 

3) “Nuestro mundo ha llegado a un punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos”.  

 

4) “Esta juventud está malograda hasta el fondo de su corazón. Muchos jóvenes son malhechores y ociosos. Jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura”.

 

Para muchos esta debe ser otra carta reciente de un docente que dimite, de un padre de familia preocupado por la actual actitud de sus hijos o por un psicólogo que analiza estos problemas en el siglo XIX, Pero no. Estas son frases expresadas respectivamente por Sócrates hace ya 2.400 años, Hesiodo hace 2.600, Anónimo hace 3.000 años y la última en Bagdad hace 4.000 años. Así las cosas esto resume una queja atemporal. Pero es ahora donde gracias a los mass media se hacen explosivas y virales las cartas de renuncia. No serán las primeras ni las últimas.  ¿No les causa una sensación de amarga ironía, qué los docentes usen esos medios de los cuales tanto se quejan, para expresar públicamente sus penurias profesionales?

 

¿Qué podemos hacer? ¿Sirve de algo la didáctica aplicada en la actualidad para abordar estos fenómenos?

 

Para ser imparciales, debemos señalar que los retos más actuales emergen de diversos y antagónicos puntos. En un mundo lleno de universidades, y en un mundo sofocado por el capitalismo, los estudiantes también son clientes que exigen, y posiblemente siempre tengan la razón… esto atenta contra la calidad, ¿hasta dónde es cliente y tiene la razón? ¿hasta dónde es estudiante con deberes y responsabilidades adquiridas?

 

Unos pocos años atrás (no más de 20 o 30 años) había menos competencia entre universidades, así que muchas se daban el lujo de decidir quién pasa y quien no. Y más aún, quien seguía y quien no. Los rubros estaban garantizados.

 

Ahora, con más competencia, con un decrecimiento en la población, con modelos de educación virtual que no tienen fronteras, con cursos gratis,  las universidades no se dan ese lujo de tener asegurado un caudal interminable de futuros estudiantes clientes, en consecuencia, el docente que antes decía, “a mí nadie me gana”, se enfrenta a un nuevo público.

 

Durante siglos  la escuela fue el lugar de las élites donde los estudiantes iban a recibir un conocimiento y no podían ni opinar ni disentir, por eso llaman tanto la atención en tono de las cartas: El docente como el centro del proceso:  “Me cansé de estar hablando de asuntos que a mí me apasionan”. “Por supuesto que he considerado mis dubitaciones, mis debilidades. No me he sintonizado con los tiempos que corren. Mis clases no tienen presentaciones de Power Point ni películas”

Parece ser que no se enteran de una verdad a secas, sus cartas son monólogos internos: “hablo de lo que me apasiona, no me he sintonizado con los tiempos que corren”.

 

Este es el mejor ejemplo de una educación tradicional donde el docente todo lo hace, todo lo dice. Es un curador que selecciona que verán los estudiantes, como lo verán. Y en las evaluaciones, el mejor estudiante es aquel que mejor repite lo que el docente ha dicho. Ha transmitido.

 

“La Masacre en Columbine”

El 20 de abril de 1.999 una nueva masacre sacudió las escuelas de EEUU, en este caso en la Escuela Secundaria de Columbine, en Colorado, acabaron con la vida de 15 personas. Los estudiantes que llevaron a cabo la masacre se quitaron la vida, eran también alumnos de dicha escuela, escuchaban música de Marilyn Manson, se vestían similar a él y tenían afiches y discos en sus habitaciones allanadas días después.

 

Los medios sensacionalistas, azuzados por padres de familia llenos de dolor encontraron un buen chivo expiatorio. “Marilyn con su influencia negativa es el principal responsable”. Su carrera estuvo por acabarse, canceló varias presentaciones y tuvo que esconderse.

 

Pasados los meses con un ambiente más calmo, pudo dirigirse por medio de una entrevista realizada por Michael Moore, a quienes tanto lo habían juzgado, una de las preguntas que le hizo Moore fue, “¿qué le dirías a esos estudiantes?”,  su respuesta aún resuena “No diría nada. Los escucharía. Eso es justamente lo que nadie hizo”, concluyó.

 

Es un ejemplo bastante fuerte, pero que vale la pena recodar para este momento histórico, ninguna de las cartas que hemos leído de esos docentes que dimiten nombran algo como: “Quise escuchar, preguntar, indagar que pensaban”. “Quise conectarme con sus emociones, saber que los moviliza, porque están acá”. Muchos de esos docentes hace 30 o 40 años iniciaron labores en universidades con poblaciones francamente diferentes. Con el ejemplo de otros profesores que a su vez se limitaron a trasmitir un conocimiento en un monologo interminable. Por eso para ellos replicar lo que sus profesores hacían es a toda luz licito. ¿Por qué cambiar?

 

La realidad es que todo cambia, en tan solo 30 años prácticamente todas las ciencias se han renovado a sí mismas. Excepto la pedagogía. Los Syllabus de la mayoría de los programas de educación son iguales a los de hace 30 años, y los saberes que se imparten parecen no mutar. Si bien hay nuevas tendencias, teorías y posturas, la rigidez de la academia no permite ir tan rápido como va el mundo.

 

¡Y han cambiado las personas! es posible que las redes sociales y la sociedad del espectáculo ayude a eclipsar las motivaciones de los estudiantes que ahora ingresan a las universidades. Así que el problema no es solo de los estudiantes y sus motivaciones, ni de los docentes y sus habilidades.

 

Volviendo a las preguntas básicas.

¿Qué debe aprender tu estudiante? 

¿Qué problema le ayudas a resolver?

¿Cuál es el mejor camino para alcanzar ese aprendizaje?

Imaginemos y sobre todo pongamos en práctica siempre una clase donde empecemos reconociendo al estudiante, explicando aquello que vamos a enseñar para qué le servirá, ¿Qué problema le ayudará a resolver? Y en conjunto buscando siempre ¿Cuál es el mejor camino para alcanzar ese aprendizaje? Esta es la propuesta de una didáctica aplicada.

 

Curso de didáctica aplicada ESE.

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Escrito por: Eduardo Montoya Castañeda – Director general ESE – Latam.

2 comentarios en “Retos actuales de la didáctica, la escuela y el aprendizaje I Curso ESE”

  1. Qué buen artículo, siempre los leo, gracias por compartir. Y los cursos, espero tomarlos pronto, siempre he escuchado buenas referencias de ESE.

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