Aseguramiento del Aprendizaje, Resultados de Aprendizaje y Saber PRO.
Como lo hemos enunciado en entregas anteriores, el aseguramiento del aprendizaje se define como un conjunto de prácticas que pretenden determinar si la promesa de formación realmente se está cumpliendo. Para este fin, además de los procesos de planeación y enseñanza, hablamos también de los procesos evaluativos, se incluye la revisión y el análisis de resultados, la retroalimentación constante y la elección de instrumentos que realmente evalúen y evidencien el aprendizaje esperado. Pero ¿cómo hacemos de esto un proceso tangible?
Esencialmente, uno de los retos más importantes y reales de cualquier institución educativa es el Aseguramiento del Aprendizaje, relacionado directamente con el Aseguramiento de la Calidad Educativa, que conduce, al alcance de competencias, a la mejora de resultados, y a procesos de acreditación de alta calidad de los programas y las instituciones a nivel nacional e internacional. En otras palabras, el centro de la acción pedagógica es lograr y asegurar el aprendizaje.
Pero, ¿logran los estudiantes los aprendizajes esperados? ¿Cómo lo podemos evidenciar? ¿Cómo se relacionan los resultados de aprendizaje, el aseguramiento del aprendizaje y los resultados de Saber PRO?
Durante años los resultados de Saber PRO (llamado ECAES hasta el 2009) no fueron relevantes para la mayoría de las universidades, estamos hablando entre los años 2003 a 2013. Pero más tarde, para ser exactos en el 2014, cuando los resultados de Saber PRO se empiezan a incluir como indicador para acreditación, la mirada se gira hacia la mejora de los resultados.
Y ¿Cómo se mejoran los resultados? La respuesta más rápida se estructuró con base en un contexto de preparación para Saber 11° ( Pre ICFES). “Vamos a mejorar los resultados con un entrenamiento en los meses cercanos a la presentación de la prueba real, entrenamiento con simulacros y talleres”. Tal como lo hemos analizado en nuestra entrega mejora de resultados Saber PRO.
Pero el reto es más grande, si miramos “aguas arriba”, los bajos resultados en las pruebas pueden estar demostrando un bajo nivel de aprendizajes, un desarrollo precario de competencias, un alcance parcial de los resultados de aprendizaje esperados. Acá encontramos la relación certera entre el aseguramiento del aprendizaje, de la calidad del aprendizaje y los resultados de Saber PRO.
Y decimos “pueden” ya que un resultado bajo no depende exclusivamente de un bajo nivel de competencias, esa puede ser una variable, la más importante, pero hay otra relacionada con el bajo interés de presentar la prueba, en otras palabras, la motivación del estudiante.
¿Si aseguramos el aprendizaje los resultados van a mejorar?
Parece una pregunta con una respuesta obvia, si hemos asegurado el aprendizaje, podemos decir sí, “los resultados van a mejorar” pero no olvidemos que, “van a mejorar siempre y cuando los estudiantes presenten la prueba con seriedad y disciplina”. Bien sabemos que muchos de ellos durante la presentación solo se limitan a responder al azar, ya que solo es requerido el certificado de presentación como requisito para obtener el título de grados.
Por ello varias universidades han optado por diseñar un sistema de beneficios para los estudiantes con mejores resultados, además de implementar mecanismos de obligatoriedad de obtención de puntajes mínimos. Tal como lo hemos descrito en esta editorial.
En resumen, los resultados mejoran cuando hay un proceso de formación estructurado y una coherencia curricular bien planeada. Esto suena sencillo, pero tiene sus complejidades…son dos variables que se deben tener en cuenta siempre, la motivación del estudiante y el aseguramiento del aprendizaje.
Afortunadamente tenemos cada vez más información para tomar mejores decisiones, por una parte desde el 2014 se vienen implementando estudios de aporte relativo y valor agregado por parte del ICFES, con la intención de conocer cuánto le aporta la universidad a sus estudiantes en términos de alcance de competencias, comparando grupos, vecindades y NBC (Núcleos Básicos de Conocimiento). Así las cosas, no solo se trata de mejorar los resultados en el último tramo de la meta de aprendizaje, se trata de mejorar los procesos con una mirada holística que vamos a detallar a continuación.
Saber PRO y ser un buen profesional.
Seguro hasta este punto muchos se estarán preguntando ¿Qué debemos hacer? ¿Cuáles acciones debemos implementar?
Para empezar, recomendamos desmitificar algo, un supuesto fácilmente rastreable en el que creen tanto algunos docentes como estudiantes: “las pruebas Saber Pro y lo que evalúan son una cosa y la vida de un profesional y sus competencias esperadas son otras”.
Para muchos, y esto lo podemos evidenciar haciendo una rápida búsqueda en la web o en el diálogo natural en las universidades, las Pruebas Saber PRO son un mero requisito, no sirven de mucho y se podrían eliminar. “Los resultados Saber PRO y TyT solo le sirven a las universidades” argumentan.
Pero, pongamos en la mesa la discusión, hablemos sobre la lectura crítica ¿Qué profesional no tiene que leer críticamente?
Imagina por un momento a un profesional de cualquier área del conocimiento, al cual no se le hace necesario leer… ¿es posible? ¿cuál de los profesionales actuales no estudia por medio de documentos, textos, papers, revistas especializadas, vídeos, podcast? La lectura crítica es la capacidad de leer cualquier tipo de texto y entender qué quiere decir, sea texto continuo escrito en prosa, o sea texto discontinuo, como es el caso de un vídeo, una imagen, una infografía, un podcast, etc.
Además, la Lectura Crítica trata de leer a las organizaciones, sus problemas, de leer el contexto, de leerse a uno mismo… ¿Quién no requiere de la Lectura Crítica?
¿Cuál de los profesionales en cualquier lugar del mundo no tiene que escribir ensayos, protocolos y relatorías? ¿Cuál de los estudiantes en su vida cotidiana no tendrá que llevar a cabo un proceso de revisión de fuentes, investigación, creación de documentos, informes, análisis de datos, cifras, estadísticas, en otras palabras, razonamiento cuantitativo? ¿cuál profesional actualmente podría decir que efectivamente el inglés no le sirve para nada, que la información que encuentra está más actualizada en otro idioma?
Si reflexionamos sobre los modelos de formación en la mayoría de los colegios y universidades del mundo, está instaurada sobre el modelo de formación que privilegia las competencias o habilidades cognitivas relacionadas con esas cinco grandes competencias evaluadas en Saber PRO.
A través de estas competencias genéricas el estudiante bucea en las competencias específicas, un buen economista puede leer los textos econométricos, entenderlos, criticarlos y construir a partir de ello posibles teorías nuevas. Esto a toda luz no podría ser posible sin una buena lectura crítica.
Pero, si Saber PRO se relaciona con las competencias naturales esperadas en un profesional, ¿Por qué razón no todos los profesionales actualmente no las desarrollan a cabalidad y obtienen los mejores resultados? La OCDE 2022, lo ha dicho claramente, las universidades en general no desarrollan el pensamiento crítico, menos la lectura crítica, esto debido a que en parte, sus procesos de formación responde más a una serie de acciones educativas en las que no desarrollan las competencias esperadas.
Muchas veces cuándo se indaga a los profesores sobre qué es lo que deben enseñar o por qué lo deben enseñar, las respuestas nos dejan un poco desconcertados, “porque está en el pensum o en el sílabo” ,, “porque para eso me han contratado”, pero la pregunta que va más allá, es efectivamente ¿por qué razón los profesionales tienen que desarrollar esa serie de competencias?. En un buen proceso hilado de redacción y construcción y aseguramiento del aprendizaje, es un hecho que los profesionales cada vez deberían estar mejor preparados.
Ahora mismo, lo más importante es dar respuesta y propuestas que se puedan implementar para lograr los aprendizajes esperados y por supuesto, asegurar el aprendizaje.
Esta ha sido la parte 1 de esta editorial, conoce acá la segunda parte:
Escrito por: Eduardo Montoya Castañeda – Director general ESE – Latam.
Excelente editorial, en nuestra universidad hemos venido trabajando con ESE y cambiando nuestra mentalidad, dejando de pensar solo en mejorar los resultados, buscando el aseguramiento del aprendizaje.
Gracias a ti Sergio por tus comentarios. Nos alegra poder aportar valor a las instituciones.